jueves, 23 de febrero de 2017

Un poco de fantasía

Un dicho popular de no sé dónde afirma que cuando una bruja mata, una parte de su cuerpo ennegrecía empezando por sus extremidades. Para evitar que se les viese y que sospechasen de ellas se ataviaban con botas altas y guantes.

Hay días en los que encontrar luz en la oscuridad es imposible. El día en el que se muere una madre o un padre; El día en el que te rindes al "nunca voy a llegar a..." y dejas de luchar; El día en el que te das cuenta de que hay más motivos para NO traer más bebés a este mundo que para SÍ tenerlos... Puede que seamos una mezcla de todo eso. Los Dionisios y los Apólicos.

¿Qué mueve la vida? Sentir la muerte cerca suele ser un estímulo bastante efectivo para muchos que necesitan grandes impulsos para vivir. Otra opción es el amor, en todas sus formas, tamaños y colores. ¿Pero y si falla hasta el amor de madre? La pletórica se complica.  

La cuestion es que siempre está en nuestro mano, no dejar de buscar esa luz, no rendirnos al hastío y darle forma a nuestro pedazo de vida. Porque por el contrario, se nos pondrán las manos negras y con los pies descalzos nos acordaremos de las brujas que mataban y pagaban tan alto precio. Igual ellas, simplemente, se rindieron.





"El respiro, un limbo de muerte ¿y quién dijo que eso es un desastre?"




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